Notas sobre la «guerra contra el narco» desde un análisis marxista

1. LA GUERRA CONTRA EL NARCO COMO PROYECTO CAPITALISTA

a) Militarización y capital

Para empezar con la cuestión de la militarización, me gustaría desmenuzar lo que NO es la Guerra contra el Narco: La versión oficial es que en México personajes como El Chapo Guzmán, El Mayo Zambada, El Mencho u otros más, son grandes capos que controlan la economía mexicana, que habiendo nacido en extrema pobreza, ahora tienen a varios sectores del Estado mexicano a su servicio y que logran eludir al aparato de vigilancia más sofisticado del mundo como es el de EE.UU., que siendo prácticamente analfabetas que no terminaron 4° de primaria, son las cabezas de imperios criminales multinacionales que compiten entre sí, y que además tienen una fuente infinita de hombres armados, a pesar de que cada semana se reporta la muerte de cientos de ellos, ya sea por supuestos enfrentamientos directos con soldados o policías, o por enfrentamientos entre cárteles. Son ampliamente conocidos sus antecedentes biográficos, relaciones familiares y de amistad, la cantidad estimada y qué drogas trafican, cómo las producen, cómo las trafican, e incluso sus fortunas, pero dar con ellos siempre es una tarea imposible, que cuando se logra dar, es porque huyen en condiciones paupérrimas, o como algunos dicen, “a salto de mata”, y luego, una vez capturados, sus fortunas nunca logran ser Ni si quiera un centavo de sus supuestas cuentas multimillonarias logra ser decomisado, además de que la violencia solo sigue creciendo. La verdad es que la información sobre los “cárteles”, sus zonas de influencia, sus antagonismos y enfrentamientos son siempre dados a conocer por las autoridades o por agencias gringas como la DEA. Esto es algo muy importante que señalan Dawn Paley y Oswaldo Zavala, ya que en casi todos los casos es información imposible de verificar, y en ocasiones contrasta mucho con denuncias de testigos, así como de familiares de víctimas de asesinato y desaparición. Es cierto que hay evidencias de militares y policías enfrentando a grupos armados, pero también hay muchas evidencias de extorsión de soldados a personas inocentes, policías sembrando droga, y muchas veces cuando se reportan enfrentamientos, resulta que los abatidos habían sido secuestrados por policías o soldados poco antes de que se diera dicho enfrentamiento. Hay evidencia de ejecuciones extrajudiciales que regularmente terminan ahogadas bajo el estigma de que las víctimas eran presuntos delincuentes, pero otros autores como Federico Mastrogiovanni, Daniel Moreno y Paris Martínez han investigado muchos casos en los que el primer acusado de desaparición era “el crimen organizado”, para después averiguar que los verdaderos responsables de desaparición y asesinato eran fuerzas del orden. Esto muchas veces se ha explicado por la supuesta subordinación del Estado a los cárteles, pero es necesario que se vea esta relación de manera invertida. Es decir, que el Estado no está dominado por narcotraficantes, sino que los narcotraficantes siempre han servido como un instrumento del Estado mexicano y del imperialismo gringo para cumplir ciertos fines.

b) Megaproyectos y violencia

De acuerdo con los autores mencionados, eso es el centro de todo este El territorio mexicano está casi todo concesionado a multinacionales, y en particular, la industria de la minería es acaparada por empresas canadienses y gringas. Existen numerosos conflictos territoriales que enfrentan a los ejidos con las concesiones de alguna actividad extractiva, o proyecto carretero, una presa, pozos petroleros, empresas de tala, etc., y México es un país donde ser activista ambiental y periodista es extremadamente peligroso. Lo que llamamos “cárteles”, a veces son traficantes de droga, pero muchas otras veces son grupos paramilitares al servicio de empresas extractivas que aterrorizan territorios enteros y expulsan a comunidades donde se termina imponiendo alguna de estas empresas. Muchas veces quienes cometen estos actos de violencia en favor de una de estas empresas son directamente policías o soldados.

c) Lavado de dinero y capitalismo global

Yo lo que podría decir de este tema es que el lavado de dinero comúnmente se asocia al crimen organizado y al narcotráfico como una forma en la cual el dinero sucio se “limpia” y se incorpora al mercado global favoreciendo a grandes empresas y sobre todo a los bancos, pero este también es una práctica común en absolutamente todas las grandes empresas y funcionarios públicos, e incluso en empresas medianas. Tratar de rastrear el paso del dinero del narco hacia el mercado global es como encontrar una aguja en un pajar. En México el lavado de dinero es una forma en la cual políticos y funcionarios se enriquecen de la noche a la mañana y esconden la ilegalidad de sus Ejemplo: Sandra Cuevas, quien no era nadie antes de ser alcaldesa de la delegación Cuauhtémoc y ahora tiene un conglomerado empresarial que presume sin la más mínima vergüenza llamado “Grupo Diamante”. A mi parecer, el fenómeno de Guerra vs Narco no está marcado tanto por la economía criminal clandestina, sino por ser una POLÍTICA DE ESTADO. Sin embargo, la serie de operaciones que llevó a cabo la CIA en los 70s y 80s para vender ellos mismos la droga que traficaban narcos latinoamericanos para financiar a grupos contrainsurgentes en Nicaragua y en Irán podrían considerarse una manera de “blanquear” este dinero.

 

2. GÉNESIS CONTRAINSURGENTE. DE LA GUERRA SUCIA A LA GUERRA CONTRA EL NARCO

a) La Guerra Fría y los orígenes contrainsurgentes en Latinoamérica y México (1960-1980)

Luis Astorga en su libro “El Siglo de Las Drogas” explica toda la historia de cómo los narcotraficantes siempre tuvieron desde el inicio relación con el aparato estatal del bonapartismo priista, y de cómo políticas de contrainsurgencia atravesaron el negocio del narcotráfico como la Operación Cóndor encabezada por Gertz Manero. La historia de cómo la CIA mantenía a traficantes latinoamericanos, afganos, italianos y chinos, además de varios soldados gringos como “agentes externos activos” para blanquear el financiamiento a paramilitares contrarrevolucionarios en Italia, Francia, China, Birmania, Laos, Camboya, Vietnam, Nicaragua y en Irán es bien conocida, además que esto les servía como una forma de criminalizar a la población negra y desarticular a organizaciones subversivas internas como el Partido de las Panteras Negras. Trabajos de investigadores como Gary Webb, Peter Dale Scott, Michael Lavine y Alfred McCoy develaron estos entramados extensamente. México también fue parte de estos entramados. En los 80s, la CIA traficaba droga del Cártel de Guadalajara para financiar a la contra nicaragüense, con ayuda también de la SEGOB encabezada por Manuel Bartlett, lo cual marcó el caso del agente de la DEA Enrique Camarena. Este caso es icónico en la historia del narcotráfico en México, pues el agente de la DEA Héctor Berrellez descubrió en 2013 que quien mató a Camarena fue en realidad un agente de la CIA y no Caro Quintero, como la DEA asegura, ya que había descubierto el lugar donde la CIA armaba y entrenaba a los contras, el cual era un rancho en Martínez de la Torre, Veracruz, propiedad de Caro Quintero. La alianza de narcos con la CIA también fue el motor del golpe de Estado en Honduras en 1978, así como el de Bolivia en 1980, conocidos ambos como “El golpe de la Cocaína”, con el objetivo de que la CIA tuviera mayores facilidades para traficar la droga y más recursos para apoyar a los contras, además de suprimir la posibilidad de gobiernos de izquierda en dichos países.

b) La Iniciativa Mérida (2006) y el neoliberalismo como proyecto intervencionista

En 2006 México era un polvorín. AMLO encabezaba una oposición al neoliberalismo con muchos militantes reformistas y centristas, el EZLN tenía la Otra Campaña, el FPDT luchaba contra el aeropuerto y el pueblo de Oaxaca entró en insurrección contra Ulises Ruiz. Un cable de Wikileaks reveló que la embajada gringa se aseguró de que todos los candidatos de ese año, incluyendo al peje, aceptaran la militarización del país. Oswaldo Zavala sostiene que la militarización de la guerra vs el narco inició en los 70s con la Operación Cóndor, y que lo que vivimos desde entonces es una continuación que se preparó desde esos años, pero en 2006 esta guerra dio un salto cualitativo, al servir como una manera de apagar el descontento social a través del terror. La Iniciativa Mérida era también llamado “Plan México” por su similitud con el “Plan Colombia”, y Dawn Paley compara la situación de México con la manera en que grupos paramilitares como Autodefensas Unidas de Colombia eran financiadas por empresas como la bananera Chiquita Brands para cometer crímenes de lesa humanidad que permitieran a dicha empresa apoderarse de territorio y mejorar su producción. La Iniciativa Mérida y la ASPAN son acuerdos que formalizaron esto. Si queremos saber, por ejemplo, cómo es que estos paramilitares logran armarse tan fuertemente, la explicación no necesariamente pasa por el flujo de dinero sucio, ni por el tráfico de armas por la frontera norte, y ni siquiera por eventos como la operación “Rápido y Furioso”, con todo y que se supo que hubo muchos casos similares. La explicación está más a la mano y es pública. Estos acuerdos con EE.UU. obligan a México a comprarle armas de alto poder que un ciudadano gringo normal no puede comprar en las armerías de su país, porque son de uso exclusivo del ejército. Esas armas llegan a los grupos criminales literalmente porque el gobierno mexicano las compra.

c) De los desaparecidos políticos a los desaparecidos del narco: continuidades

La guerra vs el narco tanto en el periodo de la guerra fría como ahora ha sido una manera de disfrazar las acciones de contrainsurgencia, pero la diferencia es que ahora se hace con un objetivo aparentemente carente de política. Los desaparecidos y asesinados, si bien incluyen a muchos activistas y opositores políticos, la gran mayoría de ellos son personas que no tenían la más mínima relación con actividades políticas, por lo que aparentemente es una contrainsurgencia apolítica. Sin embargo, Dawn Paley explica que esta serie de masacres y violencia indiscriminada abren el camino no solamente a la imposición de proyectos capitalistas en zonas ejidales o comunales, sino que además favorecen la destrucción de ciertas fuerzas productivas pequeñas para que otras más grandes tomen su lugar, y este fenómeno de aceleración de ciclos de acumulación capitalista mediante la sangre y el terror parece estar ligado a la intención de EE.UU. de integrar a México y a Centroamérica en un gran corredor industrial bajo su dominio que le permita competir con China, su principal rival imperialista. Ahora que la rivalidad entre ambos se vuelve más caótica y que EE.UU. reconoce que ya no es la potencia hegemónica mundial, lo más probable es que busque que lo que conocemos como “Guerra vs Narco” aumente su intensidad, y creo que eso marca también el periodo de agosto de 2024 a la fecha, no solamente por la enorme cantidad de muertos y desaparecidos, sino también por la forma mediática que toma esta guerra, es decir que, volvimos al tiempo de García Luna en que un “super policía” anuncia decomisos, detenciones, desmantelamientos de orgs. criminales al por mayor, pero la violencia no disminuye, y los grupos criminales solo se hacen más grandes y poderosos. Me parece que esto también está marcado por el protagonismo actual de militares en la cúpula de la SEDENA que son graduados de la Escuela de Las Américas, como son el Secretario de la Defensa: Ricardo Trevilla Trejo, el Jefe del Estado Mayor Conjunto: Arturo Coronel Flores y el Jefe de la Comandancia del Ejército: Norberto Cortés Rodríguez, además de otros mandos menores. Existe la hipótesis de algunos activistas que dicen que esto además funciona como narrativa para que EE.UU. nos invada, lo cual también es una excusa barata del obradorismo para despreciar a las víctimas de esta guerra, pero esto a mi parecer no es tan carente de sentido a pesar de que las fuerzas armadas mexicanas ya hacen el trabajo de los gringos. Pues yo veo un escenario posible, aún poco probable, pero posible, de que, si Washington se desespera porque el avance de la industrialización de México va muy lento, utilice a su propio ejército para acelerar el proceso.

 

3. ¿Y LA SALIDA? ALTERNATIVAS ORGANIZATIVAS

a) Reducción de daños: ¿legalización o prohibicionismo?

Hay que comprender que el fenómeno del narcotráfico es uno y que el de violencia, militarización y paramilitarización es otro fenómeno paralelo que solamente usa al primero para legitimarse. El narcotráfico en esta zona del globo es un negocio controlado por el Estado mexicano y gringo. En concreto, en los 70s y 80s fue un negocio de la CIA y no hay razón para pensar que ahora alguien más tiene control de esa industria. Sobre la cuestión específica de las drogas, estas son nocivas y si fuera por los marxistas no deberían existir y deberíamos combatir a aquellos que tratan de introducirlas a nuestras comunidades, por más normalizadas que estén entre la juventud, pero la realidad rebasa completamente esta discusión. El prohibicionismo estatal actual es un acto hipócrita que criminaliza a la juventud y a la pobreza, y que solamente es un pretexto para alimentar al monstruo de la guerra vs narco. En todo caso debemos abogar por políticas de rehabilitación a personas adictas sin criminalizarlas, pero se debe entender que el mercado de las drogas es un mercado inducido que no desaparece porque los consumidores se hagan conscientes. También debe entenderse a la narco-cultura como un fenómeno exactamente igual al de la cultura pop, es decir, que también es un mercado impuesto desde las élites, pues bajo el modo de producción capitalista, la cultura popular rara vez se les escapa de sus garras. Los narco-corridos, narco-series, etc., son parte de una maquinaria construida especialmente para confundir a la población y para justificar tanto la militarización como la paramilitarización, pues si bien muchos productos reproducen el discurso oficial del combate al narco mediante cooperación con la DEA y el pentágono, otros productos glorifican al narcotráfico, reproduciendo el discurso “extraoficial”, usándolo como gancho para reclutar a jóvenes incautos que piensan que van a trabajar para el Mayo flaco, para el hijo del Mencho, etc., pero en realidad terminan trabajando para Ternium, para alguna minera canadiense, o para algún cacique local en Guerrero, Michoacán o Tamaulipas.

b) Autodefensas: Cherán y Guerrero

Las experiencias de autodefensas en comunidades rurales ligadas a procesos de autogobierno son extremadamente valiosas. Si bien desde su fundación en los 90s hasta la fecha ha habido procesos de degeneración relacionados con cuestiones de personalidad, cierto atraso cultural debido a la vida precaria en las comunidades rurales de la montaña de Guerrero, o cierto desgaste por el continuo golpeteo del Estado y de grupos criminales, la CRAC-PC sigue siendo un modelo ejemplar para la organización armada y para procesos de justicia comunitaria. El caso de Cherán sinceramente lo desconozco, pero tengo entendido que nació de una manera más espontánea que la CRAC, o que el CIPOG-EZ, que también es una organización bastante longeva que ha obtenido logros significativos en repeler a grupos como Los Ardillos. Son procesos de organización muy valiosos que debemos retomar. Otro ejemplo es el de Santa María Ostula en Michoacán, muy a pesar de la degeneración de Cemeí Verdía, lo mismo que Nestora Salgado en el caso de la CRAC. Un ejemplo más es el de “El Machete”, un grupo de autodefensas surgidos en Pantelhó Chiapas en 2021 a raíz de que emboscaron a un escuadrón de la GN y confiscaron sus armas. Ellos han sido criminalizados y llamados “cártel”, debido a que pelean contra un grupo paramilitar conocido como “Los Herrera” que se autonombran “ejército civil indígena”, que de indígena no tienen absolutamente nada y que, por el contrario, son el brazo armado de un cacique local llamado Austreberto Herrera Abarca. También debemos tomar el mal ejemplo de las autodefensas lideradas por Mireles e Hipólito Mora para aprender lo que NO se debe hacer, pues nacieron deformadas y degeneraron en lo que se conocen ahora como “Los Viagras” y “Cárteles Unidos”.

c) Propuestas desde el marxismo

Lo primero es el combate a la propaganda falsa de Washington y de las autoridades mexicanas. Es importante hacer un trabajo de contrapropaganda que esclarezca a las masas lo que es la guerra contra el narco en realidad, y cómo el gobierno mexicano es cómplice del imperialismo gringo en esta guerra contra el pueblo. Ese es el primer paso para poder plantearnos la organización de las clases oprimidas de nuestro país y de nuestros países vecinos para posteriormente armarnos y llevar a cabo una lucha en contra de todos los agentes del imperialismo yanqui que confluyen en esta guerra imperialista. Hay que tomar en cuenta que la salida a la Guerra contra el Narco pasa necesariamente en este momento por una lucha de liberación nacional contra el imperialismo gringo, y que la guerra vs narco es una guerra imperialista contra los pueblos pobres de México y Centroamérica, por lo que conviene a los marxistas adoptar la consigna de Lenin de “Transformar la guerra imperialista en guerra civil revolucionaria”.

Rubén Jaramillo

 

Recomendaciones bibliográficas:

Dawn Marie Paley: “Capitalismo Antidrogas” y “Guerra Neoliberal”.

Oswaldo Zavala: “Los Cárteles No Existen” y “La Guerra en las Palabras”.

Federico Mastrogiovanni: “Ni Vivos Ni Muertos” y “Ayotzinapa en Nuestras Sombras”.

Daniel Moreno, Paris Martínez, Jacobo Dayan: “Permiso Para Matar” (conjunto de reportajes en línea: https://permisoparamatar.org/).

Luis Astorga: “El Siglo de las drogas”.

Gary Webb: The Dark Alliance: “The CIA, the Contras, and the Crack Cocaine Explosion”.

Alfred McCoy: “The politics of heroin: CIA complicity in the global drug trade, Afghanistan, Southeast Asia, Central America, Colombia”.

Peter Dale Scott & Jonathan Marshall: “Cocaine Politics” y “American War Machine”

Michael Levine: “Deep Cover” y “La Guerra Falsa”

Jeremy Shepherd (AKA Gringoman): Canal de Youtube – Intervenciones Gringas: “La CIA y la Heroína” y “La CIA, la Cocaína y sus Capos”.

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *