Ágoras

«El ágora es la plaza, un lugar vacío. El emperador persa Jerjes, se reía de los griegoas [sic] por el desperdicio de ese lugar. Pues bien, precisamente ese lughar [sic] vacío es el centro de Atenas y de la democracia. El ágora está habitada por la razón, el logos, el lenguaje, la argumentación. Algo absolutamente universal de lo que cualquiera puede participar. Cuando los griegos están en el ágora lo que los hace comunes es el logos, el lenguaje. Lenguaje a partir del cual entienden el mundo y se entienden a sí mismos. Nadie puede usurpar el logos, porque el logos es común por igual a todos, de ahí lo de la isonomía. La democracia funciona cuando el logos es común, cuando no hay nadie, ni grupo que usurpa el lugar del logos. Si alguien usurpa ese lugar, se acabó la democracia y empieza el interés particular. Adviértase que filosofía tiene que ver con logos y universalidad. Por eso es muy importante pensar lo siguiente. La democracia es la condición de posibilidad para que se dé el pensamiento, así como el pensamiento libre es la condición de posibilidad para que se sostenga la democracia. Filosofía y democracia van unidas. De ahí que haya mantenido que vivimos una crisis filosófica, entre otras cosas, porque nos estamos quedando sin pensamiento libre».

Viñuelas, Juan Carlos, «El Ágora» en Boletín de la Real Academia
de Extremadura de las Letras y las Artes, Tomo 20, 2021, p. 318.